domingo, 31 de agosto de 2014

Distancias

La distancia entre los dos era insalvable. Un vacío infinito se abría entre ella y yo y daba igual cuánta carrerilla pudiera coger, acabaría entregándome a aquella oscuridad si se me ocurría saltar en algún momento. Negra y profunda.
Tampoco servía de nada gritar. Ella no podía oírme. O no quería oírme. Sabía que sin intentaba decirle algo simplemente haría como si nada hubiera escuchado, como si esa voz en el aire no existiera, y seguiría de espaldas al vacío que dominaba nuestra distancia. Distancia cada vez más acentuada por los pasos que ella daba y que yo no podía seguir. Aunque a decir verdad, creo que mis propios pasos poco a poco iban dirigiéndose en el sentido opuesto. No podía seguir mirando eternamente aquella brecha. No podía seguir esperando (¿esperando a qué?). Ella ni siquiera se había girado en algún momento para buscar mi mirada e intentar salvar ese vacío y crear un puente que nos permitiera cruzarlo. ¿Qué más daba ahora? Todos tendemos a idealizar a las personas y estaba claro que yo había caído en el error.

La distancia se hizo más grande.

En realidad no me importaba. No me malentendáis. Quiero decir que me gustaría encontrarme cara a cara con ese ''error''y conocerlo. Saber si realmente he caído en el error.

Me giré dándole la espalda al vacío y comencé a dar pasos. Estaba decidido. Si de verdad quería salvar aquella distancia, primero debía encontrar el modo de aprender a volar.