miércoles, 8 de mayo de 2013

De vaivenes y miradas


         Me gusta sentarme en el asiento interior, cuando voy en autobús. El pasillo me resulta demasiado abierto, me descubre ante un grupo de gente desconocida, me agobia, me hace sentir inseguro. Prefiero pegar la mirada a través del cristal y observar. Observar el paso de las cosas, o como el autobús pasa delante de las cosas…cuestión de perspectivas. Observar cómo el cielo sigue permanente en su lugar, y sólo algunos días se puede apreciar el suave movimiento de las nubes sobre la cabeza y el vuelo de los pájaros entre árboles urbanitas que desprenden electricidad. O cómo los días de tormenta las lágrimas del cielo se estrellan contra la ventana intentando derrumbarla con su transparencia. Y me gusta por un momento voltear la mirada y observar a todas esas personas que me rodean. Y al observarlas, sus facciones, sus miradas, no puedo evitar preguntarme ‘¿Qué estarán pensando? ¿Qué destino llevarán y por qué? ¿Por qué esos gestos y miradas vacías sin emoción? Miradas apagadas o escondidas bajo gafas de sol que no dejan entrever nada…’ Pero tarde o temprano vuelvo a sumergir mi propia mirada en el paisaje que me ofrece la ventana y el vaivén del autobús tomando cada curva desafiando la estabilidad de la calzada va adormeciéndome más y más hasta que, finalmente, mis párpados se rinden ante la persuasión de ceder para cerrarse el uno sobre el otro y el paisaje acaba apagándose para dar paso a los paisajes de tierras de Morfeo en compañía de mis preguntas…tantas preguntas…lamentablemente, el trayecto es demasiado corto como para encontrar respuesta alguna. 


6 comentarios:

  1. Al menos puedes soñar con interminables caminatas entre frondosos y verdes trigales

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  2. Prefiero el pasillo, soy de los que se levanta más de 3 veces...

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  3. k bonito y k profundo, es precioso y tan solitario...es conmovedor, curioso y, sobretodo, expresivo y lógico ya k a mí también me pasa.

    Sigue escribiendo, me encanta tu forma de expresión porque me recuerda mucho a la mía cuando estoy depresivo :P espero que, en tu caso, no sea la causa.

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  4. De qué sirve preguntarse cosas sobre los demás, si ni siquiera nosotros nuestras propias respuestas a esas mismas preguntas.

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