miércoles, 17 de julio de 2013

Entre plumas y nubes

      Miré hacia arriba y los observé. Allí, en lo alto, formando figuras en el cielo y bailando con las nubes como si de una celebración se tratase. Y…¿qué era, sino una celebración? Las hojas de los árboles querían bailar con ellos y el roce de unos cuerpos con otros se transformaba en la melodía que daba banda sonora a aquel espectáculo. El Sol, que también observaba desde lejos aquel conjunto de movimientos gráciles, ligeros y veloces, comenzaba a dar paso a la Luna, celosa de aquella visión, y se escondía por el horizonte otorgando al cielo un suave brillo anaranjado que no hacía sino complementar la escena. Todo en conjunto era capaz de dejar sin palabras hasta al más experto orador y al diccionario más completo. Y allí me encontraba yo. Observando el cielo, sentado en un banco, perdido entre alas. 


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