A ver cómo lo hago para lanzarte al olvido.
No seguir esos caminos que pintas con tu aroma,
en un baile a destiempo por tu pelo.
No acompañar con mi corazón la cadencia de tus pisadas
que te llevan quién sabe dónde.
Dejar de buscarte en el reflejo de los escaparates
donde expongo mis sentimientos esperando a que te detengas,
poses tu mirada sobre ellos
y los vistas sobre tu cuerpo.
A ver cómo lo hago para lanzarte al olvido.
Allí donde todo queda reducido a nada,
aunque nada es todo lo que tuvimos.
Qué jodido es esto de olvidar
cuando no hay historias escritas en las líneas de nuestras manos
que hablen de ti y de mi.
Pero a ver cómo lo hago...
si en las noches el insomnio se acompaña de tu imagen
y en los días el sol no brilla tanto como lo haces tú.
Que ya he empapado la almohada de tanto pensarte
hasta ocupar todo el espacio que hay debajo de mi cama.
Almacén eterno de sueños y realidades que no llegaron a nacer.
Ya ves, y lo siento.
Ni sé, ni quiero lanzarte al olvido.
Me matan los celos por dentro sólo de pensar
la suerte que tendría el olvido de estar contigo.